“¿Quién puede discernir sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos” (Sal. 19:12).
Hubo un momento en mi vida cristiana cuando me resultó crucial entender qué quiso decir David al hablar de “errores ocultos”. ¿Cómo es posible violar la ley de Dios si no nos damos cuenta de que estamos pecando? ¿Somos culpables? ¿Necesitamos igualmente el perdón?
Los pecados o errores ocultos mencionados en Salmos 19:12 se refieren a los pecados que cometemos sin darnos cuenta de que estamos pecando. Son cosas que deberíamos hacer pero que no hacemos, como por ejemplo el caso del padre que no corrige a un hijo que necesita corrección. Podría significar también apatía hacia el dolor o la pérdida, o no actuar contra los que vemos que están dañando a otros quitándoles lo que es de ellos o destruyendo los lazos comunitarios. Los pecados ocultos no necesariamente tienen que producir escándalos, como en el caso del adulterio; pero aun así, desafían la ley de amor de Dios y representan de manera equivocada su santo carácter......
Continue leyendo en Reflexiones de "Conexion Adventista"
No hay comentarios:
Publicar un comentario