Sábado 17º de Julio
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Romanos 3:19-28
PARA MEMORIZAR:
“Concluimos, pues, que el hombre es justificado por la fe sin las obras de la ley” (Romanos 3:28).
LLEGAMOS AHORA al tema básico de Romanos: la justificación por la fe. El transgresor llega ante el juez y es condenado a muerte por sus transgresiones. Pero un sustituto toma los crímenes de él sobre sí, dejándolo sin culpa y –por aceptar al sustituto– el juez no solo lo libera, sino lo considera como inocente del crimen que lo llevó a la corte. Es que el sustituto –que tiene un registro perfecto– ofrece al criminal perdonado su propia observancia perfecta de la ley. Así, el culpable queda como si nunca hubiera transgredido la ley.
Nadie dice que la persona era inocente. Al contrario, es claramente culpable. La buena noticia es que, a pesar de su culpa, es perdonada.
Cada uno de nosotros es el criminal. Jesús, el sustituto, tiene un registro perfecto y toma nuestro lugar en la corte; le aceptan su justicia en lugar de nuestra injusticia. Por eso somos justificados ante Dios; no por nuestras obras, sino por causa de Jesús, cuya justicia llega a ser nuestra al aceptarla “por fe”. De aquí el término “justificación por fe”. No importa el pasado: cuando aceptamos a Jesús, estamos delante de Dios en la justicia de él, la única que puede salvarnos.
¡Esas sí que son buenas noticias! No pueden ser mejores.
Continua en Escuela Sabática de "Conexión Adventista"
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