Sábado 06º de Noviembre
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Éxodo 28:6; 39:2-7; 1 Samuel 21:1-9; 22:6-23; 2 Samuel 15:13-29
PARA MEMORIZAR:
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquél que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:4)
LOS SACERDOTES FUERON MUY IMPORTANTES en la vida y en la historia de Israel, y también en las naciones vecinas. En Mesopotamia, el rey era un sacerdote, y reunía el poder político con el religioso. Los sacerdotes representaban grandes intereses en la corte, y muchas veces designaban a los reyes. En el Antiguo Testamento, el sacerdocio era central en la vida de fe de Israel, y su influencia llegó al Nuevo Testamento.
El sacerdocio de todos los creyentes (1 Pedro 2:9), destacado en la Reforma Protestante, no es solo un concepto del Nuevo Testamento (ver Éxodo 19:6). El ideal de Dios siempre fue que los creyentes fueran santos, y sirvieran a otros intercediendo por ellos y comunicándoles la salvación.
Ahora veremos la historia de Abiatar, que nos brinda algunas vislumbres del sacerdocio del Antiguo Testamento y nos cuenta que el sacerdocio no se basa solo en el linaje o en la educación, sino en el compromiso personal con el Señor. Y, a veces, las elecciones equivocadas también pueden descalificar a un miembro del sacerdocio.
Continua en Escuela Sabática de "Conexión Adventista"
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