Estoy preocupado por mi salud espiritual. Nuestro pastor está realizando reuniones de reavivamiento, pero me molesta que otros confiesen sus pecados yden testimonios en público. Al mismo tiempo, me siento culpable por sentir me así. ¿Qué me pasa? ¿Puede dar me una receta espiritual? Deseo ser un buen cristiano.
De su pregunta se desprende que usted se siente culpable porque no experimenta grandes emociones por este proceso de reavivamiento. Acaso usted ya ha visto experiencias similares, y es posible que tenga dudas sobre la sinceridad del proceso o que teng a una personalidad diferente de los demás; es necesario que tengamos en
cuenta esas diferencias.
Muchos de nosotros no entendemos bien que el Espíritu Santo no es un «poder líquido» o «vapor mágico» que nos envuelve, sino una Persona: el «Consolador», la «tercera Persona de la Trinidad». La espir itualidad es una relación con el Espíritu Santo, con Jesús y con el Padre. El crecimiento espiritual significa enamorarse de Jesús y disfrutar de una relac ión rica, madura y continua.
Todos necesitamos el reavivamiento, la renovación, la curación y una relación gratificante pero, según sea nuestra personalidad, existen diferentes maneras de alimentar esa relación. No todos nos adaptamos al mismo molde.
Dios nos hizo únicos. Algunos somos formales y serios; otros son extrovertidos y exuberantes. Algunos pastores se «especializan» en reavivamientos. Puede ser que hayan desarrollado un estilo ya «armado» de la espiritualidad, por lo que piensan que si hacemos esto o aquello, experimentaremos el reavivamiento. Para muchos, este proceso estructurado da resultados, aunque no para todos
De su pregunta se desprende que usted se siente culpable porque no experimenta grandes emociones por este proceso de reavivamiento. Acaso usted ya ha visto experiencias similares, y es posible que tenga dudas sobre la sinceridad del proceso o que teng a una personalidad diferente de los demás; es necesario que tengamos en
cuenta esas diferencias.
Muchos de nosotros no entendemos bien que el Espíritu Santo no es un «poder líquido» o «vapor mágico» que nos envuelve, sino una Persona: el «Consolador», la «tercera Persona de la Trinidad». La espir itualidad es una relación con el Espíritu Santo, con Jesús y con el Padre. El crecimiento espiritual significa enamorarse de Jesús y disfrutar de una relac ión rica, madura y continua.
Todos necesitamos el reavivamiento, la renovación, la curación y una relación gratificante pero, según sea nuestra personalidad, existen diferentes maneras de alimentar esa relación. No todos nos adaptamos al mismo molde.
Dios nos hizo únicos. Algunos somos formales y serios; otros son extrovertidos y exuberantes. Algunos pastores se «especializan» en reavivamientos. Puede ser que hayan desarrollado un estilo ya «armado» de la espiritualidad, por lo que piensan que si hacemos esto o aquello, experimentaremos el reavivamiento. Para muchos, este proceso estructurado da resultados, aunque no para todos
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