Sábado 1º de mayo
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 3:8-10; Salmo 118:6; Proverbios 17:22; Mateo 6:27-34; Hebreos 13:6; 1 Juan 4:18.
PARA MEMORIZAR:
“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado” (Isaías 26:3).
CONVENCIDO DE QUE ERA VÍCTIMA de un hechizo, un paciente fue al médico con síntomas no relacionados con ninguna enfermedad o ningún síndrome conocidos. El médico puso delante del paciente dos tubos de vidrio, uno lleno con agua oxigenada y el otro con agua pura, aunque ambos parecían exactamente idénticos. Sacó sangre del paciente, y la mezcló con el agua oxigenada. La mezcla, de inmediato, comenzó a burbujear y a chisporrotear, por lo cual el paciente creyó que era la obra del hechizo.
El médico luego le dio al paciente una sencilla inyección salina, diciéndole que eso quebraría el hechizo. Después de un tiempo breve, le sacó sangre y la mezcló con el agua corriente en el otro tubo. No hubo burbujeo ni chisporroteo, “prueba” de que el hechizo se había quebrado. El paciente salió sintiéndose curado, y trajo a todos sus amigos al médico, para ser “curados” también.
Este estudio muestra, de hecho, cuán poderosa es la influencia de nuestra mente sobre nuestro cuerpo, que será parte de lo que estudiaremos esta semana.
UN VISTAZO A LA SEMANA: La fe y la confianza en la bondad del Señor pueden tener efectos muy positivos sobre la salud.
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