Por: Elena G. White
Nuestra fidelidad a los principios cristianos requiere el servicio activo por Dios. Los que no utilizan sus talentos en la causa y obra divinas, no tendrán parte con Cristo en su gloria. Toda alma receptora de la gracia divina debe producir luz. Muchas almas permanecen en tinieblas y, sin embargo, ¡qué calma, qué tranquilidad, qué sosiego sienten algunos!...
Se impone a todos los verdaderos seguidores de Cristo ser la luz del mundo. En esta gran tarea, Dios ya ha hecho su parte, y está aguardando la cooperación de sus seguidores. El plan de salvación ha sido expresado en plenitud. Se ofrece la sangre de Cristo para cubrir los pecados del mundo; la Palabra de Dios aconseja, amonesta, reprende, promete y anima a cada ser humano; la eficacia del Espíritu Santo es extendida para asistirlo en todos sus esfuerzos. Pero a pesar de toda esta luz, el mundo aún perece en la oscuridad, hundido en el error y el pecado.........
Continue leyendo haciendo clic Aqui en Reflexiones de Conexion Adventista
No hay comentarios:
Publicar un comentario