“Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria” (Lucas 21:25, 26).
¿Cuándo establecería Jesús su reino de gloria? ¿Cuándo acabaría este mundo? ¿Cuándo terminaría la pesadilla del pecado y comenzaría el nuevo orden de eterna paz? Estas preguntas preocupaban a los discípulos, y también a los cristianos a través de la historia. Lucas registra las palabras de Jesús, señalando seis señales que apuntarían específicamente la cercanía de ese momento climático de la historia. Tres de ellas tienen que ver con fenómenos astronómicos: el oscurecimiento del sol, el de la luna y la caída de las estrellas (ver Mateo 24:29, 30). Los otros tres fenómenos son de orden psicológico: angustia, perplejidad y desfallecimiento.
La escatología adventista nos ha mostrado el cumplimiento de los tres primeros sucesos en la historia. Este artículo tratará acerca de los otros tres fenómenos, que son de orden psicológico: angustia, perplejidad y desfallecimiento.
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